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Explica José Gregorio Linares que “actualmente los principales escenarios de la actividad política no son ya el Parlamento, los partidos o el Gobierno, ni siquiera eso que se llama sociedad civil. Ahora todo gira alrededor de las colas y en ellas se decide el futuro del país. En Venezuela, por tanto, en la explicación de por qué se hacen colas reside en buena medida el éxito de la política en estos tiempos. Si en la conciencia y el ánimo de la gente cala la idea de que el sufrimiento a que es sometida es responsabilidad de las políticas equivocadas del Gobierno y que el socialismo es sinónimo de colas y estrechez, entonces todo está perdido. Tarde o temprano perderemos el poder para nunca más recuperarlo porque en el inconsciente colectivo habrán quedado grabados los interminables días de cola y malestar. En cambio, si logramos crear conciencia de que las colas forman parte de una política dirigida por la oligarquía y el imperialismo, con el propósito de crear descontento y minar la base social de apoyo al proceso revolucionario, entonces fortaleceremos la conciencia popular y las convicciones socialistas. De este modo, nada ni nadie podrá acabar con la Revolución. De la crisis saldremos fortalecidos porque el enfrentamiento con los enemigos nos obligará a repolitizarnos, a organizarnos a niveles superiores y a robustecer la autoestima colectiva”.

Este plan revolucionario de lectura nacido en el seno del poder popular, explica Alí Ramón Rojas Olaya, "es ideal para que el pueblo entienda la forma en que es atacado en esta guerra de baja intensidad en la que Estados Unidos se propuso hacer chillar la economía venezolana. Para tan nefasto fin cuenta con la mayoría de la Asamblea Nacional, con Fedecamaras y su aquelarre de empresas privadas de comunicación social, y con algunos presidentes latinoamericanos neoliberales. Este emporio del mal ha infestado al país de paramilitares; inocula desasosiego, derrotismo y desesperanza; y engendra en la juventud una campaña psicológica de animadversión al país acompañada de una promoción pertinaz de oportunidades de estudio y de trabajo en otros países con la finalidad de auspiciar un clima de éxodo masivo".

Para el militante revolucionario Juan Rivas esta publicación es vital “sobre todo porque la idea de que el 'gobierno es el culpable de todo´ es el comentario común cuando en la cola estamos, y muy pocos analizan o por lo menos se preguntan si hay algo más grande detrás de tanta escasez o acaparamiento, amén de la gran cultura especulativa que reina en nuestros comerciantes que lamentablemente aprendieron muy poco del Caracazo, y que aunado a la mala información de los medios privados y atados a la inoculada idea de que todo lo hecho por el gobierno es malo, y lo que esté fuera de él es bueno”. Explica este activista: “No es bueno discutir con personas que tienen muy arraigado en sí ideas contra el gobierno. Aunque se le muestren pruebas, así sean científicas, si lo hace el gobierno, para ellos debe haber alguna trampa de por medio y por ende es malo. No importa a cuantas personas beneficie alguna misión o cualquier programa”.

Se hace indispensable, en consecuencia, darle a “la cola” el rango político que merece y relacionarla con otros temas estrechamente vinculados: la inflación, el desabastecimiento, el consumismo, los monopolios de la distribución y la producción, la cultura del petróleo, las experiencias de boicot vividas por otras naciones, la guerra de cuarta generación, etc. De allí que un grupo de cimarronas y cimarrones sentipensantes, dirigidos por Alí Ramón Rojas Olaya, hayamos decidido editar y difundir esta serie de cuadernillos titulada Para leer en la cola.

Según la educadora venezolana Omaira Bolívar “Para Leer en la cola es una estrategia pedagógica de impacto social que nace de la necesidad de formación y desarrollo de una conciencia crítica en defensa de nuestra espiritualidad y buen vivir, una estrategia de vida en el marco de la resistencia necesaria frente a una guerra de alcance económico, financiero, cibernético, comunicacional, psicológico; una guerra que se expresa en el contexto geopolítico mundial. Imprescindible como forma abierta de comunicación, precisamente ante los niveles de intolerancia y disociación, productos de los efectos perversos del trabajo psicológico y comunicacional implicados en esta guerra. Por ello es importante develar, desmontar, analizar”.

Acá puedes bajar todos los números de Para leer en la cola

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